En la Plataforma nos resulta curioso que el argumento esgrimido para negarnos en Madrid ”el pan y la sal” fuese que pretendíamos unidad en Infantil en torno a la modificación de algunos artículos de la LOE, Ley de rango “progresista” que estaba siendo enormemente atacada por la derecha. Contribuíamos con ello a su vituperio.
Pedir cambios en la LOE era políticamente incorrecto, aunque ésta hubiese certificado el descalabro de la Educación Infantil.
Pedíamos entonces, y seguimos pidiendo hoy, que se modifique el artículo 14.7 (abandono del primero ciclo en manos de las Comunidades Autónomas), el 15.4 (destrucción del primer ciclo permitiendo tramos del mismo asociados a centros en que se imparte el segundo ciclo y establecimiento de una doble red educativa versus asistencial) y el 92.1 (ninguneo de profesionales y del propio carácter educativo del ciclo al diferenciar entre atención y atención educativa establecer la titulación precisa).
Pues bien, aunque no solemos tratar cuestiones de secundaria, seguimos diciendo: “que no nos quieran engañar”.
Ahora la LOE puede cambiar, nada menos que por la puerta de atrás sin que suponga empacho alguno, a través de una Ley complementaria de la Ley de Economía Sostenible. Economía, la que realmente rige los destinos de la educación en este país.
Todo ello camuflando que este cambio opera hacia la inequidad y la injusticia y establece en la práctica lo que tanto criticó la oposición a la anterior ley: los ITINERARIOS.
El actual gobierno, entre otros, cambia el artículo 25 de la LOE. Se dice que para darle al 4º curso de ESO un carácter orientador para el desarrollo de estudios postobligatorios y para el mundo laboral. Pero si se lee la anterior redacción de la LOE esto ya estaba contemplado; la solución milagrosa actual consiste en eliminar las asignaturas optativas, que permitían la elección orientadora a los alumnos y alumnas, y establecer que sea la administración la que determine cuáles serán estas asignaturas: esto es ITINERARIOS, descritos con criterios para la adscripción a los mismos que nada tienen de comprensivos ni de equitativos.
Esperamos que, cuando vayamos a entregar la siguiente tanda de firmas al Ministerio de Educación, para avalar el Manifiesto que pide la modificación de la LOE no se nos vuelva a argumentar que se nos entiende y se comparte nuestra sensibilidad pero que modificar la LOE es imposible en las condiciones actuales. La Ley se cambia cuando conviene y los intereses son los que son.
No hay comentarios:
Publicar un comentario