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domingo, 20 de marzo de 2011

¿Tramos del primer ciclo en los CEIPS?

Ante las peticiones de incluir todo parte del primer ciclo en los CEIPS la Plataforma de Madrid por la defensa del 0-6 expone que:
Hay fuerzas sociales y políticas que reclaman una respuesta a lo que según parece es una demanda de familias: los colegios de cero a 12 años o incluso a 16. Así se debate incluir en los CEIPs a las criaturas de cero a 3 años.Una de las razones es que la concertada lo hace en muchos casos y es una competencia por ello.
Sin embargo lo que no se sabe es que muchos Colegios concertados tienen , lo que llaman Escuela Infantil, regentada por una empresa creada específicamente como filial del propio colegio (un engaño tolerado). Los profesionales que atienden a las criaturas, que habitualmente tienen una preparación inferior a la de sus compañeras del segundo ciclo de infantil porque la ley se lo autoriza, son contratados, frecuentemente, con categorías laborales muy inferiores a su titulación, incluso como monitores de tiempo libre, con horarios de trabajo y calendario muy superiores a los de los compañeros del segundo ciclo , con condiciones laborales mucho peores, con sueldo muy inferiores, todo lo cual es fuente de conflicto comparativo entre unos y otros. Esto también afecta a las criaturas pero el escaparate es excelente y están en el mismo espacio (que no colegio y a pesar de lo que se anuncia) desde cero a 16 años.
Por otro lado, recordamos también esa demanda cuando los niños y niñas de 3 años salieron de las escuelas infantiles y fueron llevados a los nuevos CEIPS, porque la LOGSE incorporaba esta edad en el segundo ciclo de Infantil y las familias, también entonces, parecían demandar la continuidad que ahora se solicita.Pues bien la realidad fue que los niños y niñas no fueron ni son aceptados tal cual son, se empezaron a hacer, y se hacen, tempranamente y con frecuencia actividades que no tienen nada que ver con lo que necesitan (muchos niños llegan con dos años y nueve meses), tuvieron, y tienen, muchas más dificultades en espacios demasiado grandes para ellos, se alteraron, y se alteran, en comedores y tiempos intermedios demasiado ruidosos y dispersos y empezaron a ser, y son, rechazados en aspectos como su higiene.
Y es que los cambios fueron y son una “piedra de toque” en muchos centros: un problema enorme; y se argumentaron, y se argumentan, muchas razones (tenemos muchos niños y niñas y no podemos dejar a unos para atender a otros, no tenemos apoyos, los servicios no están en todos los sitios visibles y accesibles como establecía la legislación, los maestros y maestras no hemos estudiado para cambiarles,…). Muchos claustros llegaron a votar, y siguen votando, la prohibición de cambiar a las criaturas, impidiéndoselo a quienes desean hacerlo; y ello a pesar de la existencia de una resolución al respecto (Resolución de 7 de julio de 1995) y de muchos y muchas profesionales que haciendo caso omiso de estos planteamientos siguieron, y siguen, cambiando a los niños y niñas cuando lo precisan, en la mayoría de los casos a escondidas para no ser vituperados por el resto.Las familias, desesperadas con frecuencia por la situación (se les dejaba y deja mojados hasta que la familia llegaba, no los aceptan en tres años si no controlan esfínteres, etc., etc.) prefirieron, y prefieren, solicitar auxiliares en vez de presionar a la Administración para que cumpliera, y cumpla, las exigencias que conlleva llevar al colegio a los niños y niñas más pequeños.
Las auxiliares llegaron a muchos centros (no a todos) y así es como se ha dividido a las criaturas, la cabeza es de sus tutoras y tutores pero sus esfínteres son de otros menos cualificados.Se ha abandonado la petición de la pareja pedagógica, de la adecuación de las instalaciones, de un currículo apropiado para estas edades. etc.
Se pide lo que parece más barato y fácil de conseguir: auxiliares para los cambios olvidando el resto de aspectos.
Esto no responde en absoluto a las necesidades infantiles pero están escolarizados en el mismo centro….
Así fue como los niños y niñas de tres años se incorporaron a los CEIPs sin la suficiente evaluación de necesidades. Así es cómo perjudicó, y perjudica, sobre todo a los más débiles, a los niños y niñas, pero también pagaron peaje las familias y los propios maestros y maestras que no habían sido preparados para niños y niñas de estas edades.
Sin embargo se aumentó enormemente el número de plazas en Infantil y era posible la continuidad. Por lo menos desde los tres años ya no hay que preocuparse con los cambios de centro.
Así vemos como se espolea una necesidad que lleva a una solución precipitada, la que luego acarrea consecuencias a las que hay que dar soluciones, también rápidas e igualmente inadecuadas; las más cómodas, las menos caras.
¿Queremos hacer lo mismo con el primer ciclo de Educación Infantil que aún necesita condiciones más específicas?, o solo con los niños y niñas de dos años, destruyendo así la unidad de un ciclo que ya está bastante ninguneado.
¿Nos hemos parado a pensar qué significaría en los centros?: la falta de espacios que requieren aún muchas más exigencias que las malas habilitaciones que se hicieron para los de tres años, los conflictos profesionales mencionados, la mayor presión curricular a las criaturas,… ¿Si no se ha estado preparado, ni se está, para los tres años? ¿Qué se va a hacer con niños y niñas menores?

Llamamos a la conciencia de quienes piden, especialmente ahora en época preelectoral, que los niños y niñas más pequeños vayan a los CEIPs.
No podemos concluir que sólo hay que dar respuesta a peticiones que se hacen.
A veces lo que se pide no es adecuado para las condiciones que se tienen, máxime cuando se tiene experiencia de lo que está pasando y, desde luego, hoy por hoy los CEIPs no son el lugar adecuado para los niños y niñas del primer ciclo, ni siquiera para los del segundo.
Si los institutos parecen ser los lugares apropiados para la Secundaria, la Escuela infantil es el espacio adecuado para las criaturas de cero a seis años.
Las familias lo intuyen, los profesionales lo saben y nosotras lo defendemos.

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