Un planeta sano formado por las ilusiones, esperanzas, utopías y deseos que se expresan en los libros, que tenemos la obligación de ofrecer a nuestra infancia. Pero si nosotr@s no lo amamos,... ¿cómo podremos transmitirlo con amor?
La letra no entra con sangre sino con afectos que lleven a desearla para comunicar, para comprender y para expresar, para conocernos mejor, para expresarnos mejor, para sentirnos miembros de una tribu que comparte un código maravilloso, el de la palabra escrita.
Cuidemos la forma y el tipo de emociones cuando ponemos a los niños y niñas en contacto con la lectura. Si acceden a ella con tensión, con miedo, con aburrimiento, con sentimiento de incompetencia ¿Cómo podrán amar la lectura?
Somos responsables de su iniciación, no la mancillemos.
Creemos una conciencia positiva desde una educación cálida y de calidad que contribuya a cambiar la comunicación en nuestro planeta.
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