El día del libro debieran ser todos, pero para que los niños y niñas disfruten de ellos es imprescindible tener alrededor personas adultas que lean y que disfruten haciéndolo. La lectura no es algo que se tiene que entrenar porque está en un currículo, es algo que hay que amar y que no puede llegar de la mano de malos refranes a los que se acude para justificar malas prácticas educativas. La letra puede entrar con sangre, lo dicen los neurocientíficos, pero si lo hace, al haberlo hecho ensamblada al dolor, siempre se evitará para no revivir esa dura experiencia, aprendizaje global vehiculado por la emoción que también ha demostrado la neurociencia.
La letra, la necesidad y el placer de comunicarse ha de entrar con alegría, desde el deseo de contar y saber y disfrutando con ello. Pero si tu no disfrutas leyendo es difícil que se lo puedas transmitir a tus niños y niñas. Disfruta tú para que puedan disfrutar.
¡Feliz día del libro!
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