Nosotras no vemos siquiera el tiempo que establece como máximo para niños y niñas de entre 2'5 y 5 años ante las pantallas. Las pantallas no son una necesidad en estas edades por lo que, como tal hay que tratarlas. Si se les atribuye cualidades emocionales y de distracción, luego harán las veces de las personas de carne y hueso con las que realmente han de aprender a vivir las criaturas para continuar su proceso de humanización. Las máquinas pueden apagarse si generan ansiedad, pero no permiten aprender a relacionarse, a tantear, a acordar y a ofrecer la calidez y la calidad de una relación humana.
Pero dejamos su lectura para el debate:
“No use la tecnología como un chupete emocional; el móvil puede ser muy efectivo para mantener a los niños tranquilos y callados pero no debe ser la única forma en que aprendan a calmarse; los niños necesitan que se les enseñe cómo identificar y manejar las emociones fuertes”. La advertencia forma parte del listado de consejos que la Academia Americana de Pediatría (AAP) acaba de hacer pública para ayudar a las familias a gestionar mejor el uso de medios digitales y evitar las situaciones y problemas que vienen advirtiendo en sus consultas y que pueden comprometer el bienestar físico, psíquico o emocional de los menores"
“Los niños no tienen tantos problemas físicos como los adultos, pero se están formando como personas y todo lo relacionado con los medios digitales influye en su salud global, de modo que los pediatras, en Estados Unidos y aquí, nos vemos en la obligación de dar consejos que van más allá de lo puramente sanitario”, justifica Marta Simó, pediatra del hospital Sant Joan de Déu y vocal de la Sociedad Española de Pediatría Social.
Plan de uso acorde con la familia
Simó enfatiza que la recomendación básica, incluida en el listado difundido ayer por la AAP, es aplicar a las pantallas y los entornos digitales las mismas pautas de crianza y sentido común que se aplican en los entornos reales. “Somos las mismas personas interaccionando por medios diferentes pero con los mismos riesgos y las mismas recomendaciones: en vez de decirle a tu hijo que no coja caramelos de extraños, has de alertarle sobre los mensajes de desconocidos”, comenta.
Sobre la costumbre de los padres de ponerles delante de una pantalla para que dejen de llorar, a modo de chupete emocional, advierte que “si de pequeños no les enseñamos a tolerar pequeñas frustraciones se dificulta que aprendan a autorregularse, y luego tenemos niños mayores y adolescentes incapaces de contener sus emociones o de expresarlas de forma correcta”.
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