Más que nunca somos conscientes de la necesidad que para Infantil tiene que esta nueva Ley vea la luz porque tiene cambios, sobre la anterior normativa (LOMCE-LOE), que son fundamentales, como lo es que las alegaciones que hacemos y abajo adjuntamos lleguen a término, de manera que no se malogren conquistas ya alcanzadas en el anterior plazo de borrador de la norma, donde aún se mantienen apartados muy peligrosos para la Educación Infantil. Vemos, acentuado con el actual estado de alarma, que es imprescindible que el sistema de becas y ayudas para las criaturas y familias más desfavorecidas que pedimos en estas alegaciones quede garantizado y que diferentes políticas públicas (sociales, laborales, sanitarias y educativas) converjan para que niños y niñas puedan desarrollar su derecho a la educación desde el nacimiento, en condiciones posibles en cualquier ambiente; por eso pedimos la creación de una Mesa de Infantil que lo garantice, coordinada desde Educación, de manera que, por ejemplo, no sea la escuela, y la institucionalización de las criaturas en horarios o condiciones inapropiadas para ellas, la que haya de asumir el concepto de conciliación, el que ha de ser respondido con políticas laborales y sociales apropiadas a las familias con niños y niñas en edad aún dependiente.
También ratificamos cómo el primer ciclo ha sido maltratado con ocasión de esta pandemia porque actualmente hay espacio legal para ello al haberse afianzado la división de los ciclos. Así:
- Mientras que el segundo ciclo dispone de una regulación de mínimos común a todo el Estado, la regulación absoluta del primero la tienen las Comunidades Autónomas, lo que genera una enorme dispersión e imposibilidad de que, en circunstancias como las actuales, pueda haberse dado "un paraguas" común para proteger la estabilidad y continuidad del trabajo que, sin embargo, si se le ha reconocido y mantenido al segundo ciclo. Así también, por ejemplo, mientras que en el segundo ciclo se ha dado una solución alimenticia en el tiempo de confinamiento a las criaturas más desfavorecidas, en el primero hay comunidades que, directamente, no han arbitrado nada desde las administraciones educativas.
- Organizativamente, y mientras el segundo ciclo es gratuito, universal y con un porcentaje muy elevado de titularidad y gestión pública, cuando es de titularidad privada, se sostiene con la misma figura de conciertos que el resto de la E. Obligatoria, el primero es objeto masivo de convenios y contratos para su extensión, incluso cuando la titularidad es pública. La coincidencia de titularidad y gestión públicas es mínima. Convenios y contratos con empresas , organismos y otras administraciones, que ofrecen el primer ciclo, se han suspendido con la pandemia, mientras que los conciertos del segundo ciclo se han mantenido.
- Diferentes profesionales trabajan en el primer ciclo, con distintas titulaciones (Magisterio, Técnico Superior de Educación Infantil y otras figuras) que tienen desigual tratamiento laboral y económico, aunque con confusión de funciones en la práctica. En el segundo ciclo sus docentes son maestros y maestras y ni en la escuela pública ni en la concertada han sido objeto de suspensión o rescisión de contratos. El segundo ciclo ha mantenido el trabajo con familias y criaturas vía online y el primero, aún habiéndose desarrollado en numerosísimas escuelas no ha sido reconocido por las propias administraciones en muchas comunidades.
Muchos otros aspectos, no vinculados con la actual situación de confinamiento, quedan aquí reflejados para dar a estas edades el derecho que tiene a la educación desde el nacimiento con la dignidad necesaria.
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