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lunes, 25 de mayo de 2020

QUEREMOS VOLVER A LAS AULAS PERO HACERLO ASÍ ES UNA TEMERIDAD QUE DENUNCIAMOS



En Canarias se ha producido el caos que vemos en la imagen (fecha de ayer domingo) ante la perspectiva de la reapertura. En Madrid nos tememos un mayor nivel de caos por una orden de reapertura temeraria para la Educación Infantil antes del verano.

Y es que la reapertura de los centros educativos, al menos en las primeras edades correspondientes a la etapa de Educación Infantil, no se prevé con medidas que, en estas edades, garanticen su posibilidad de ser implementadas como medidas de seguridad infantil, profesional y familiar de quienes volverán a los centros. Y lo peor es que las prisas por volver, sin dedicar tiempo a una reflexión serena y rigurosa que lo permita con medidas compatibles con las características de estas edades, hacen que se nos avecine un caos.

Teníamos ratios en espacios hacinados antes de la pandemia. Llevamos años denunciándolo con el resultado de empeoramiento progresivo y la situación actual no se ha tenido en cuenta, EN ABSOLUTO. al emitir las ÓRDENES DE ADMISIÓN para el siguiente curso escolar, de manera que el problema no lo es solo para una posible reincorporación en este curso para niños y niñas de familias que trabajen, lo que previsiblemente reduciría en parte las ratios, sino que se mantiene intacto y aumentado para el que viene. Esto era ya mal trato a la infancia en toda la etapa, y ahora se plantea como medida de seguridad un imposible que la administración agudiza al combinarse la mala situación de partida con las condiciones de las mencionadas órdenes de admisión y con la decisión de cerrar 110 aulas de segundo ciclo de infantil. Es TOTALMENTE IMPOSIBLE contemplar medidas de seguridad diseñadas para otros contextos si reducir drásticamente las ratios ofertadas de 8 bebés, 14 niños y niñas de uno a dos años, 20 de dos a tres y más de 25 de tres a seis años (entre 25 y 30 en muchísimos casos), con criaturas con Necesidades Educativas Especiales y sin considerar la existencia de centros de difícil desempeño. En el caso de que se llefgase a contemplar reducción, se haría imprescindible aumentar drásticamente las plantillas y los espacios para los desdobles necesarios. ¿Alguien ha pensado en todo esto?

Necesitamos una Mesa de expertos y expertas que, de modo interdisciplinar y considerando las características y necesidades de esta edad, ofrezca pautas de actuación en un protocolo realista e implementable.

Su ausencia está determinando que salgan múltiples propuestas de protocolos de actuación desde diferentes ámbitos y centros que pretenden responder a la ausencia de un protocolo oficial riguroso y ajustado a las circunstancias, imprescindible antes del reingreso. Están surgiendo como productos de reinos de taifas que suelen ser solo higiénico-sanitarios pues, en casi ningún caso, tienen en cuenta las necesidades y derechos infantiles (no considerar que, tras casi tres meses, para muchos niños y niñas esto supone un nuevo proceso de adaptación a los centros, imposibilidad de no tocarse, de no manipular, de no intercambiar, de no chupar,...). Esto contribuye a aumentar la inseguridad de todo el mundo, con una espada de Damocles sobre las cabezas, la que pone la administración querer abrir ya, si o si, contra la opinión de profesionales de la Educación (todos los colectivos que se han pronunciado a nivel autonómico y estatal) y de profesionales de la Sanidad (Asociación Española de Pediatría)

Queremos volver a las aulas y queremos prepararlo bien, tan bien como se merecen nuestros niños y nuestras niñas, pero también los y las profesionales de la Educación Infantil que han visto cómo el ninguneo de su labor y función es nota dominante en todas las administraciones, tanto estatales como autonómicas.
Dejamos aquí enlaces a la normativa alusiva a la reincorporación en Madrid. Pincha aquí y aquí.

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