Viçens Arnaíz aborda en este caso la necesidad del "decir", pero no solo sino con otros, CON-VERSAR, un arte que los niños y niñas no pueden aprender más que de su entorno, de sus mayores. Si éstos no lo practican entre ellos, con ellos, dificilmente podrán los niños y niñas aprender a vivir.
¡No dejéis de leerlo!
“Abuela, ¿por qué desde que nació la hermana me dicen que ahora ya no soy el pequeño. Me dicen que soy el mediano pero yo me veo igual que antes."
Nada te disloca o te coloca como la voz de los tuyos.
Seguir aprendiendo a vivir ahora le requiere aprender a conversar. No pueden dejarse caducar los alimentos ni las palabras. Conversando ensaya como mirar tras el espejo de las apariencias. Ahora está forjando la gobernanza de sí mismo en los talleres de la conversación.
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