jueves, 30 de abril de 2015

LA IMPORTANCIA DEL 06. ¿Donde ponemos la línea? (Pau Rodríguez) En la felicidad del niño (David Bueno)

¿Dónde ponemos la línea? En la felicidad del niño, contesta David Bueno, profesor de genética en la Universidad de Barcelona.
La felicidad de los niños y niñas, el respeto a sus derechos y a su momentos evolutivos y personales, de forma individual y en interacción con otros y otras, la importancia del reconocimiento y la actitud del educador o educadora. En definitiva: la importancia de una buena Educación Infantil, de no quemar etapas antes de tiempo (por ej. con lectoescritura impuesta) y de valorar aquello que realmente contribuye a aumentar sus posibilidades de desarrollo (por ej, la educación artística). 

De todo esto se habla en este artículo (eldiario.es), del que entresacamos algunas frases y que puedes ver completo pinchando aquí
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Visto esto, ¿cuál es la importancia de etapas como la educación infantil?
El 0-3 es clave, tanto si se está en una guardería como en familia. Pero también la etapa de 4 a 7 años, cuando el cerebro hace conexiones entre la parte más superficial y la más profunda, la de la memoria. Es aquí cuando es más fácil aprender los procedimientos. Por eso a esta edad solemos aprender a leer y escribir. Antes no sirve demasiado, y después, si te pasas esta ventana, te costará mucho más aprender. Que de hecho es lo que pasa con lenguas como el inglés: cuando se empiezan a estudiar más tarde es mucho más difícil.
Hace poco publicamos un artículo que defendía por qué no es necesario que tu hijo aprenda a leer y escribir antes de los seis años.
Es exactamente esto. Antes de los 6 años la parte lingüística no está suficientemente madura.

¿Entonces tiene sentido que empujamos a los niños a leer y escribir antes?
Tiene que ver con la satisfacción personal de los padres. Y a ver, no es malo siempre que no interfiera en la maduración normal del cerebro. Más que escribir, lo que tenemos que fomentar es que sepan manejar las manos: la manipulación manual fina, se suele decir. Ya sea escribir, hacer dibujos, geometría... Porque las neuronas que controlan esta manipulación fina son las del habla y el lenguaje. Los que aprendan a manejar los dedos de manera fina tendrán más facilidad para un discurso complejo y elaborado. Por eso la asignatura de plástica es tan relevante.

Ya que han identificado cuál es el momento óptimo para aprender según qué, ¿han encontrado algún desfase en los centros educativos? ¿Algún ámbito que impartimos cuando no toca?
El método científico se debería introducir antes. Se introduce en Secundaria, cuando el cerebro del adolescente da más importancia a lo emocional que a lo racional. ¡Y este método es eminentemente racional! Los que sí son racionales son los niños pequeños. Los niños pueden pasar rato pegando con un objeto contra el suelo, comprobando el ruido que hace. Son las repeticiones propias del método científico. Ante esto, es mejor que les dejemos hacer. No frenarles. Que experimenten.

¿Es también el momento de la creatividad?
Lo es siempre, pero en esta etapa es fundamental. Los humanos somos creativos por naturaleza, pero la creatividad es máxima con los niños, porque no tienen ideas preconcebidas. Para un niño una botella de agua puede ser un cohete. Esto es creatividad. Aquí el error sería que los padres, viendo que le gustan los cohetes, los compraran uno. ¡Que juegue con la botella! Las neuronas están conectadas para hacer este ejercicio, y si le compran el cohete le estarán mutilando estas conexiones. Es lo que llamamos podaje exonal. Más que potenciar la creatividad, hay que evitar mutilarla.

Otra duda que suele asaltar en este caso a padres y madres. ¿La estimulación temprana es recomendable?
Estimular es positivo, pero no sobreestimular.

Vaya. Pero ¿dónde pone la línea?
En la felicidad del niño. Si es feliz, bien. Si se agobia, mal. Hay que fijarse, para no ir demasiado lejos y generar estrés. También porque los niños necesitan aburrirse. Es otro tipo de aprendizaje. Cuando te aburres tienes tiempo para ser tú mismo: piensas, decides qué hacer. Las personas que de pequeñas tienen tiempo para autoorganizar su tiempo -al final aburrirse es esto- de mayores tienen mejores funciones ejecutivas. Tomarán decisiones con más facilidad.

Esta parte del cerebro, la social, ¿cuándo se desarrolla?
Desde el nacimiento. A un bebé le pones delante una cara o un objeto y seguirá la cara. Está socializando. Constantemente estamos pendientes de nuestro entorno. De hecho, para un niño, la mejor recompensa -un elemento que forma parte de la educación- es el reconocimiento de sus iguales, de su profesor, de quien sea. Una risa sana de los compañeros es mucho más gratificante que sacar un 10. Una mirada de aprobación del maestro o la madre es más gratificante que el helado que le comprarán. Por eso también es importante no ridiculizar nunca a un alumno. Algunos docentes pueden pensar que esto les estimula a quererse superar, pero no. Nada más lejos de la realidad.

¿Regañar es negativo?
Se debe regañar en positivo. Pasar del no lo has hecho bien al puedes hacerlo mejor.

¿Y si la reprimenda es constante? ¿Llegará el día en que el cerebro dirá basta?
Es lo que llamamos apagón emocional. Típico de la adolescencia. Es un fenómeno preconsciente, la persona no decide. Después de un periodo de negativas -proveniente de cursos anteriores, de la familia y otros entornos- el cerebro decide que pasa. Son los alumnos que se sientan allí espatarrados. Ya llegas tarde para motivarles. Han desconectado. Al inicio de la crisis me preocupaba cuando los diarios publicaban que los jóvenes no encontrarían trabajo. ¡No se lo digas así! Puedes decir que tendrán que currar más, pero si no estás favoreciendo el apagón emocional.

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