domingo, 11 de noviembre de 2018

LA MAL LLAMADA "EDUCACIÓN EMOCIONAL" (ELISA MARTÍN)

Traemos este interesante artículo que escribe Elisa Martín, profesora de Literatura en la Facultad de Educación de la UAM. sobre las tendencias a convertir en asignatura la educación emocional. Puedes leerlo completo pinchando aquí.
A continuación entresacamos uno de sus párrafos
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...Hemos cambiado el símbolo por la alegoría. El símbolo fue siempre el elemento esencial de la literatura para niños, pues los símbolos hablan al inconsciente infantil. Gianni Rodari, escritor y maestro, escribió en su ya clásica Gramática de la fantasía, a propósito de los miedos que pueden suscitar algunos cuentos en determinados niños: “Si el niño siente el miedo angustioso de quien no consigue defenderse, es necesario reconocer que el miedo estaba ya en él, antes de que apareciese el lobo de la historia: estaba dentro de él, en alguna profundidad conflictual. El lobo es el síntoma que revela el miedo, no su causa…”. Me interesa aquí la palabra “revelar”, que significa descubrir lo ignorado o secreto y, si nos atenemos a la forma misma de la palabra, volverlo a tapar (re-velar). Los símbolos, como el lobo de Caperucita o el vestido de Cenicienta, ayudan a revelar emociones: las hacen aflorar, manifestarse, pero no las explican ni teorizan sobre ellas. Apelan a la complejidad del mundo interno. Las emociones, en la educación de los niños, necesitan nuestra atención y nuestra escucha, no que las diseccionemos. Hace falta para eso la capacidad de imaginar. No hay otra puerta. El juego infantil, la expresión a través de la imaginación o el dibujo, la reacción sincera de un niño ante una historia que le ofrece símbolos significativos para él, nuestra atención, como padres o educadores, al modo en que habla, o a su rostro en un momento particular es el único modo de ayudarle a tomar conciencia de lo que siente. No hay atajos, ni fórmulas científicamente demostradas para crear niños emocionalmente sanos ni felices.

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