Lo que nos temíamos ha empezado a suceder.
La propia noticia aparecida en "El Mundo" afirma: «a falta de una semana para empezar las clases aún no contamos con las educadoras que deben prestar ayuda a los docentes que se encargarán de dichas clases», exponen los responsables de los centros.
Si seguimos leyendo la noticia vemos que se habla de que ya se han incorporado Técnicos en educación Infantil, maestros y maestras, pero se quejan de que falta una categoría no definida a la que se identifica como Educadores. Lo argumenta afirmando que el alumnado de estas clases, niños de dos a tres años de edad, requiere una "gran atención".
En el plan de habla de Técnicos y Maestros pero ¿a qué titulación se refieren cuando no está comprendida entre los dos grupos anteriores? Pues lo será, evidentemente, a ese "otro personal" para "la debida atención" a estas edades que la LOE autoriza y que mantiene la LOMCE.
Si a los tres años es una falta de respeto a la criatura que su figura de apego en la escuela no sea su referencia también para las tareas no académicas, a los dos años es una barbaridad aún mayor.
También afirma la información que los espacios físicos tampoco están acabados porque los responsables de los centros han transmitido que ha sido problemático en muchos casos adaptarlos y las instalaciones tan solo están "más o menos preparadas", en especial en los edificios más antiguos .
Es decir, sin que se haya iniciado la experiencia aún, ya estamos igual que cuando se incorporó a los niños y niñas de tres años a centros que, en muchísimos aspectos, no estaban preparados para acoger a estos niños y niñas. Tampoco ahora lo están desde muchas perspectivas, algunas de las cuales tienen que ver con espacios y profesionales.
Sin embargo queremos resaltar que nuestro análisis y denuncia nada tienen que ver con los intereses que están marcando muchos centros infantiles privados de la Comunidad valenciana que ven peligrar sus negocios con la gratuidad de las aulas 2-3 que se ofrece. Siendo lícito que cualquiera defienda lo que considera suyo, entendemos que el debate, como venimos afirmando, ha de situarse en función del Interés Superior del Niño, no de intereses ajenos que utilicen a los niños y niñas como excusa para defenderlos. El problema laboral tiene que ver muy especialmente con el menosprecio de esta profesión y el mal trato que el convenio de la privada hace de los y las profesionales. Perder ahora más puestos de trabajo es un paso más.
Creemos que el carácter público, universal y gratuito, pero de calidad, del primer ciclo de Educación Infantil es una condición indispensable para la equidad social y por eso la oferta debe ser pública y gratuita pero ha de darse en los espacios y con profesionales con la mejor preparación para acoger a niños y niñas de esta edades. No vale cualquier cosa para hacer gratuito el ciclo o para conciliar.
Todas las criaturas, desde el nacimiento, tienen derecho a una educación respetuosa, cuidada, sana, cálida, libre, feliz y digna; ser protagonistas de su desarrollo en una relación armónica con sus iguales y con el patrimonio común de la humanidad. Exigimos políticas de Primera Infancia, sociales y públicas, una etapa de educación infantil inclusiva, con identidad propia; reconocimiento de la ciudadanía de los niñ@s y que las administraciones y la sociedad civil garanticen estos derechos básicos
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