El siguiente extracto se sigue de la imagen del artículo completo. Disfrutadlo.
Devenir padre y madre es una de las experiencias que más nos transforma individualmente que más modifica las relaciones de pareja. Y sobre todo constituye el compromiso más radical de los que hoy se toman¿Alguien puede extrañarse que con el niño entre en casa la agitación, el estrés y el conflicto?
Construir vuestra competencia educativa tiene que ver con hacer emerger nuevas formas de diálogo entre vosotros porque ahora ya nada es como era
Ya no cuenta sólo el presente que se radicaliza sino que el futuro se asoma y añade consideraciones a lo que hacemos en cada momento. Tener un hijo o una hija implica ponderar continuamente qué le conviene más bien pensando también en el mañana
Ningún diálogo es inocuo porque busca sintetizar el ahora radical y el futuro deseado El temario de los diálogos abandona los temas de ocio y las anécdotas cotidianas para centrarse en asuntos que son siempre esenciales porque tienen que ver con aquello más preciado: el niño
Es así: cambia el uso del tiempo, el valor del dinero, la vivencia del cuerpo, la estructura de relaciones. Cambian prioridades y valores. Aparecen necesidades desconocidas, mudan las ilusiones y expectativas,... Además, ahora con centro de gravedad cambiante hay que ir encontrando nuevos equilibrios y generando nuevas dinámicas.
Sí, nada sigue igual y todo ahora es más intenso, más radical y todo ocurre desde bien adentro.
Educar la hija y al hijo tiene mucho que ver identificar, afrontar y resolver los conflictos de casa y muy especialmente los de pareja.
Quedan preguntas al aire: ¿quién ayuda a aprender a construir pareja? ¿Cuáles son las propuestas? ¿Dónde encontrar buenos modelos? ¿Cómo saber interpretar lo que nos pasa en la pareja? Sobretodo ¿cómo transitar de la dificultad a la oportunidad?
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