Pues así no.
No estamos de acuerdo con que se universalice y haga gratuita la Educación Infantil a cualquier precio, incluido el de no considerar la calidad ofrecida, lo que atenta directamente contra la necesaria equidad y función complementadora, y compensadora si es necesario, de la Educación Infantil. Todos los estudios rigurosos acerca de los beneficios que supone la Educación Infantil para el presente de las criaturas y para su futuro como personas equilibradas y plenas (pinchar aquí y aquí) concluyen que esto ocurre solo cuando la educación ofrecida lo es de calidad. Eso significa condiciones comunes exigidas sobre requisitos de centros (ratios, titulación de personal y espacios) y de proyecto educativo de alta calidad.
Una plaza de calidad tiene un coste que ha de fijar la administración en función de la realidad y que no puede rebajarse dando licencia de apertura a cualquiera como sucede actualmente para acoger a niños y niñas de estas edades. Una plaza de calidad tiene que estar regentada por Administraciones educativas y tiene que ser igual en toda la oferta que se haga, no puede haber centros de primera (considerados educativos) y centros de segunda (considerados asistenciales).
No consideramos que incorporar convenios, o en su caso conciertos, con centros privados sea la solución, sino la gratuidad de los centros públicos existentes y la ampliación de la red pública, de titulación y gestión, hasta completar la demanda y universalizar así la oferta gratuita.
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