El estudio elaborado por la Asociación Mundial de Educadores Infantiles ha tenido repercusión en la prensa últimamente.
Muestra cómo profesionales (maestras y maestros, educadores y educadoras) y familias de esta etapa educativa consideran que:
• no reciben el necesario apoyo de las administraciones (85%),
• el número de alumnos por clase es demasiado elevado para desarrollar su labor (74%) y que no se cuenta con los recursos humanos necesario (72%);
• la formación inicial es manifiestamente inadecuada (79%),
• que tienen una escasa consideración social (69%) y que la relación con las familias ha de mejorar sustancialmente.
Opinan igualmente que el primer ciclo es cada vez más asistencial y menos educativo y que sufre falta de voluntad y compromiso político (83%), lo que viene en gran parte de la mano del énfasis que se está dando a la conciliación entre la vida laboral y familiar y al número de plazas frente al derecho infantil a una educación de calidad.
En el segundo ciclo se valora también esa falta de compromiso político (62%). Se juzga también que la coordinación entre el primer y el segundo ciclo es mala o muy mala (71%).
En general se considera que los currículos son inapropiados, excesivamente cognitivos, poco integrales y que representan una extensión hacia abajo del currículo de primaria (sumando diferentes variables un 88%). Para saber más pincha aquí
Todas las criaturas, desde el nacimiento, tienen derecho a una educación respetuosa, cuidada, sana, cálida, libre, feliz y digna; ser protagonistas de su desarrollo en una relación armónica con sus iguales y con el patrimonio común de la humanidad. Exigimos políticas de Primera Infancia, sociales y públicas, una etapa de educación infantil inclusiva, con identidad propia; reconocimiento de la ciudadanía de los niñ@s y que las administraciones y la sociedad civil garanticen estos derechos básicos
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